Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha sabido que la cambiante longitud de la sombra de un objeto indica la hora del día y que la sombra se acorta hacia el mediodía y se alarga hacia el atardecer. Sin duda el primer rudimentario reloj de sol consistía en una simple estaca clavada en el suelo.
El autor de este modelo es Lienhart Miller y está fechado en 1613, en Nuremberg.
En su interior encontramos un reloj horizontal, otro vertical y un reloj de horas itálicas.
En su portada una rosa de los vientos. El reloj lleva una aguja para determinar la dirección del viento gracias a la veleta que incorpora y que va alojada en un pequeño cajón en su lateral.
Se presenta en un precioso estuche y va acompañado de un pequeño manual con su historia e instrucciones de uso.
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